Antes incluso de Nochevieja y sin que todavía se haya decidido el primer título de la temporada, el Real Madrid anunció la renovación de Carlo Ancelotti. El club blanco comunicó este viernes que el técnico, cuyo contrato expiraba el 30 de junio de 2024, firmó dos campañas más, hasta 2026. La selección brasileña le había reservado el puesto durante todo este año con vistas al próximo Mundial, pero últimamente el entrenador de Reggiolo se queda en el Bernabéu. Si ambas partes cumplen lo rubricado, la etapa blanca de Carletto alcanzaría los siete cursos (2013-15 y desde 2021), y se convertiría en el preparador más longevo bajo la presidencia de Florentino Pérez.
Comunicado estatal: renovación de Carlo Ancelotti.#Ancelotti2026 | #RealMadrid
— Real Madrid C.F. (@realmadrid) December 29, 2023
Al calor de la buena marcha del brigada, la sintonía entre Ancelotti y la cúpula de la entidad era grande en los últimos tiempos. Las conversaciones mantenidas por ambas partes en noviembre y principios de diciembre allanaron un paso que en los últimos días se daba por cerrado, con la única duda de cuándo se haría estatal. El club optó por que fuera este 29 de diciembre.
Medio año antes, en los despachos habían decidido que el técnico italiano iniciara la temporada sin haber renovado, una situación muy singular en la historia reciente del club que lo dejaba todo en el postura y con Brasil sin parar de tocar a la puerta. Sin embargo, los buenos resultados deportivos, con el descubrimiento de Jude Bellingham, pese a las muchas lesiones y la ausencia de un fichaje de relumbrón para relevar a Karim Benzema, dispararon la cotización interna del entrenador, que bajo su mandato ha logrado la revalorización económica de casi todos los jóvenes que ha ido fichando el club.
Carletto, que pidió en las reuniones del pasado verano un nueve de talla mundial, aceptó sin protestar públicamente que no llegara nadie y adaptó el brigada al nuevo paisaje. Modificó el dibujo, lo fue retocando después para cerrar las vías de escapada defensivas y, sobre todo, se inventó un Jude Bellingham Pichichi ante la sorpresa general y resistió la catarata de bajas. Ha perdido por roturas de cruzado al portero (Courtois) y los dos centrales (Militão y Alaba) de la 14ª Champions, apenas ha podido contar con Vinicius, y también se han lesionado de consideración Tchouameni y Camavinga. El brigada, sin embargo, lidera la Liga y resolvió con holgura la liguilla de la Champions. Un cuadro que lo convirtió en candidato a continuar.
Un inicio de 2023 muy inestable
El año lo cierra renovando con el Madrid, pero lo empezó con nubarrones sobre él. Hace 11 meses, el futuro de Ancelotti en la Castellana entró en un periodo de inestabilidad. El brigada había sido zarandeado por el Barcelona en la final de la Supercopa de España y en Liga daba señales de flaqueza. Para marzo, el Madrid ya había entregado el campeonato. Fueron semanas de grandes dudas sobre lo que ocurriría con el italiano en Chamartín, más todavía tras conocerse el gran interés de la federación brasileña, que no dudó en hacer público su deseo de contratarlo. Sin embargo, el técnico logró amainar el ruido, contuvo daños, levantó la Copa del Rey (después de hundir 0-4 en el Camp Nou) y todavía sobrevivió al 4-0 en la vuelta de las semifinales de la Champions contra el Manchester City.
Ese resultado hubiera agotado con la inmensa mayoría de entrenadores en el Bernabéu. Sin embargo, su cotización interna resistió y la dirección del club entendió que era el hombre ideal para seguir al frente de un brigada donde, salvo Bellingham -del que todavía se desconocía el enorme impacto que causaría-, no habría grandes desembolsos.
La entidad, eso sí, no le ofreció todavía la renovación y aceptó que entrara en su último año firmado con todo en el postura. Así que la posibilidad de irse en julio a Brasil se mantenía. La federación sudamericana no dejaba de cortejarle, lo que le proporcionaba a Ancelotti una garantía sobre su futuro. La canarinha le daba, además, casi el único reto que le faltaba en su trayectoria: un Mundial. En el pasado, había dejado pasar la oportunidad de dirigir a Croacia -por no desairar a Italia, que se lo había propuesto varias veces- y veía a Brasil como una gran posibilidad. Más si cabe en una selección tan poderosa y con tantos jugadores conocidos.
El escenario era novedoso en el Bernabéu. En el puesto más precario, Ancelotti empezó el nuevo curso con una situación laboral por decidir y, de postre, sin nadie en lugar de Benzema y con graves lesiones nada más arrancar (Courtois y Militão cayeron a mediados de agosto). La empresa era complicada para el italiano, pero la buena marcha del brigada, su gestión de la plantilla y decisiones deportivas como la de Bellingham lo presentaron a ojo de los rectores de la entidad como la persona idónea para el cargo. A partir del 1 de enero, las normas ya le permitían negociar para la próxima temporada con Brasil u otro brigada, aunque en las últimas semanas había asegurado que su prioridad era continuar. “Si el club está contento, ya sabe que yo estoy contento. No tenemos ni prisa ni problemas para renovar”, afirmó antes de enfrentarse el Villarreal. Trece días después, se anunció la ampliación de contrato.
En sus cinco temporadas como entrenador del Real Madrid, el italiano ha ganado 10 títulos: dos Champions, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa, una Liga, dos Copas del Rey y una Supercopa de España.
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