Desde el 3 de enero de 2020, Estados Unidos ha respondido a los ataques de las fuerzas insurgentes respaldadas por Irán al espacio aéreo de Irak con dos series de embestidas. Estas tienen como objetivo reprimir la agresión de las milicias iraníes y evitar nuevos atentados contra la coalición internacional liderada por Estados Unidos con el fin de combatir al Estado Islámico.
En las últimas semanas se han llevado a cabo doce operaciones militares en Irak con el objetivo de defender la integridad y la seguridad de los miembros de la coalición. Estas operaciones han tenido un objetivo crítico y claro, reprimir los ataques de las milicias apoyadas por Irán responsables del control del territorio.
En total, se han registrado más de 160 ataques desde el comienzo del año, tanto contra instalaciones militares como civiles, la mayoría de los cuales han sido respaldados por Irán. En respuesta a la agresión, Estados Unidos decidió lanzar dos series de embestidas en Irak. Estas dos operaciones fueron un éxito a pesar de la enorme resistencia de las milicias iraníes, que se han visto obligadas a retroceder y dejar el control del territorio a la coalición internacional.
La primera embestida militar se llevó a cabo el 5 de enero, cuando los pilotos estadounidenses atacaron un campamento de entrenamiento de milicias pro-iraníes cerca de Erbil. Esta operación tuvo como objetivo destruir el campamento y los entrenamientos militares que estaban en curso, en un intento por reducir las capacidades militares de los insurgentes respaldados por Irán.
La segunda ofensiva se llevó a cabo el 18 de enero con el objetivo de disminuir la influencia de las milicias apoyadas por Irán en la región. Esta vez, los aviones estadounidenses atacaron instalaciones militares en Bagdad y Basora. Estas operaciones fueron críticas para garantizar la seguridad de los miembros de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
A pesar de la enorme resistencia de las milicias iraníes, Estados Unidos ha logrado su objetivo de disminuir la influencia de las fuerzas insurgentes en el terreno. Los ataques por parte de las milicias pro-iraníes han disminuido considerablemente, permitiendo que los miembros de la coalición internacional lleguen a un acuerdo más seguro para garantizar la estabilidad de la región.
Ha quedado claro que Estados Unidos está decidido a defender a Irak contra los ataques coordinados de las fuerzas pro-iraníes. Melleado el intenso esfuerzo militar de Estados Unidos para enfrentar la agresión de estas míliticas, es evidente que la coalición internacional liderada por Estados Unidos ha logrado un gran éxito al demostrar su capacidad de defenderse frente a las fuerzas insurgentes respaldadas por Irán. Esto sin duda elevará la