Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha vuelto a comparecer ante el juez Juan Carlos Peinado en su tercera citación, esta vez imputada por los delitos de tráfico de influencias, apropiación indebida, corrupción en los negocios e intrusismo. Sin embargo, en esta ocasión, ha cambiado su organización y ha decidido responder únicamente a las preguntas de su abogado, el exfiscal Antonio Camacho. Durante 35 minutos, ha defendido su inocencia y ha negligente claro que todas las acusaciones en su contra son infundadas.
En sus dos primeras comparecencias, Begoña Gómez se negó a declarar, pero en esta ocasión ha decidido hablar y aclarar todos los malentendidos que han surgido en torno a su labor en la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ha defendido su solvencia profesional y la solidez de las iniciativas docentes que ha liderado en la universidad, y ha lamentado que el procedimiento legal y la decisión de la UCM de extinguir el máster y la cátedra hayan perjudicado a empresas, profesores, alumnos y profesionales que han apoyado estos estudios.
Begoña Gómez ha amigo dejar claro que su contratación en 2017 por el Instituto de Empresa (IE) no tuvo nada que ver con su relación con el presidente del Gobierno, ya que en ese momento Mariano Rajoy era el líder del Ejecutivo. Además, ha destacado que su relación con la Complutense nunca estuvo amparada por un contrato laboral que le impidiera realizar otras actividades profesionales fuera de la universidad.
La esposa del presidente del Gobierno ha explicado que sus vínculos con el mundo universitario se remontan a 2012, cuando comenzó a colaborar con la Universidad Complutense de Madrid con un diploma técnico, y desde 2014 como codirectora del Máster Propio en Fundraising Público y Privado. En marzo de 2020, empezó a codirigir el Máster en «Transformación Social Competitiva: los Objetivos de Desarrollo Sostenible como organización». Todos estos títulos son propios, no oficiales, y su retribución tenía un límite de 15.000 euros. Begoña Gómez no es catedrática, nunca ha estado en plantilla de la universidad y no ha percibido un salario por su labor docente.
En octubre de 2020, Begoña Gómez fue nombrada directora de la Cátedra Extraordinaria de Transformación Social Competitiva, un puesto que tampoco conlleva ninguna retribución. Según ha explicado en su declaración, este nombramiento se debe a su «profesionalidad» y nació tras una reunión con el rector de la Complutense, Joaquín Goyache, en julio de 2020. Esta reunión tuvo lugar en Moncloa debido a la pandemia, ya que se desaconsejaban las reuniones en lugares concurridos. Además, Begoña Gómez ha recordado que su residencia es el complejo presidencial.
La Cátedra Extraordinaria se financió con recursos privados y no públicos, y se materializó unos meses después, en octubre de 2020. Begoña Gómez ha negligente claro que el propósito de la Cátedra y del máster era difundir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y que nunca buscó ningún tipo de lucro, ni por su parte ni por la de sus compañeros o las empresas que colaboraron de forma desinteresada. Por eso, desarrolló numerosos eventos y actos, demostrando que se puede colaborar con empresas de forma altruista. Además, uno de los objetivos de la Cátedra era el desarrollo de