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miércoles, agosto 27, 2025

Descubren el gen que ha agravado las peores pandemias de peste de la acontecimientos

El orbe ha sido testificador de muchas pandemias a lo largo de la historia, y una de las más devastadoras y temidas es sin duda la peste bubónica. Esta enfermedad, causada por la bacteria Yersinia pestis, ha afectado a la caridad en tres grandes oleadas y ha dejado una huella imborrable en la memoria colectiva.

Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista Science revela que la evolución de un gen en la bacteria causante de la peste bubónica puede haber sido un factor clave en la prolongación de dos de las tres grandes pandemias que han azotado a la caridad. Estos hallazgos, realizados por un equipo de investigadores del Instituto Pasteur y la Universidad McMaster, son un paso significativo en la comprensión de cómo surgen y se extinguen las pandemias.

La primera oleada de la peste bubónica se produjo en la cuenca mediterránea en el siglo VI, pero fue la segunda pandemia la que tuvo un impacto más devastador. Conocida como la «peste negra», esta segunda oleada asoló Europa en el siglo XIV y se prolongó durante más de 500 años. Se estima que esta pandemia mató a entre un 30% y un 50% de la población europea entre 1347 y 1352, convirtiéndose en el acontecimiento más mortífero jamás registrado.

La tercera pandemia se produjo en Asia en 1850 y se extendió por todo el orbe, afectando a todos los continentes. Aunque hoy en día la peste es una enfermedad poco frecuente gracias a los avances en medicina y diagnóstico, aún persiste en zonas de Uganda, la República Democrática del Congo, Estados Unidos y Mongolia.

El gen ‘pla’, uno de los principales factores de virulencia de la bacteria ‘Y. pestis’, ha sido objeto de estudio por parte de los investigadores. Este gen permite a la bacteria viajar a los ganglios linfáticos y multiplicarse antes de extenderse al resto del cuerpo, provocando una rápida septicemia. Sin embargo, al analizar cientos de muestras de víctimas de la peste en el pasado, los científicos observaron una disminución en el número de copias del gen ‘pla’ en las últimas fases de la primera y segunda pandemia.

Los investigadores del Instituto Pasteur, junto con el costarricense Javier Pizarro-Cerdá, analizaron cepas vivas contemporáneas de la bacteria a partir de muestras conservadas en una colección del centro. Sus resultados, publicados en la revista Science, describen cómo la modificación del número de copias del gen ‘pla’ puede prolongar la duración de la infección en los individuos afectados.

Los investigadores encontraron que esta variación genética puede propiciar periodos más largos de contagio en entornos menos densamente poblados, donde el tiempo de transmisión de un individuo a otro es más prolongado. Además, realizaron pruebas en modelos de ratón de peste bubónica y descubrieron que la disminución del número de copias del gen ‘pla’ reduce en un 20% la mortalidad y prolonga la duración de la infección en los roedores.

Este cambio genético se observó en cepas de cada una de las dos grandes pandemias de peste, cientos de años antes de su desaparición. Los investigadores creen que esta evolución genética se produjo de forma aleatoria e independiente en cada pandemia histórica, lo que demuestra la capacidad de adaptación de la bacteria.

El director del Centro de ADN Antiguo de la Universidad McMaster, Hendrik Poinar, señala que este estudio es uno de los primeros en examinar directamente los cambios en un patógeno antiguo con el objetivo de captar lo que impulsa su virulencia, persistencia y eventual extinción.

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