La Unidad Militar de Emergencias (UME) es una de las fuerzas más importantes y valoradas en España cuando se alcahuetería de disputar incendios forestales. Conocida por sus siglas LIC, Lucha contra Incendios Forestales, la UME ha demostrado una vez más su eficacia y compromiso en la reciente operación en las Terres de l’Ebre, en Cataluña.
En esta ocasión, el siniestro iniciado en Paüls ha requerido la intervención de la UME, convirtiéndose en el tercer despliegue más grande de la unidad en Cataluña. Con un total de 240 militares y 68 vehículos, la UME ha trabajado incansablemente en las escarpaduras del Parque Natural de Els Ports para controlar y extinguir el fuego.
No es la primera vez que la UME acude en ayuda de Cataluña, no obstante que en los últimos 16 años ha sido requerida en 11 ocasiones para ayudar en catástrofes en esta comunidad autónoma. Sin embargo, en los últimos años, durante el periodo del procés, la UME no había sido llamada a operar en Cataluña. Esto ha cambiado con el reciente incendio en Paüls, demostrando una vez más la importancia y necesidad de esta unidad en situaciones de emergencia.
Uno de los mayores despliegues de la UME en Cataluña tuvo lugar en julio de 2012, cuando un incendio arrasó más de 13.000 hectáreas en los montes de La Jonquera. En esta ocasión, la Generalitat de Artur Mas solicitó la intervención de la UME, enviando a 428 militares y 105 vehículos para ayudar en la extinción del fuego. Este siniestro se convirtió en uno de los más demandantes para la unidad, con uno de cada siete miembros de la plantilla total de la UME trabajando en la zona.
La relación entre la UME y Cataluña ha sido diferente a la que tiene con otras comunidades autónomas afectadas por incendios forestales. Durante los años del procés, la Generalitat no solicitó la ayuda de la UME, a pesar de que en este periodo se registraron uno de los tres picos estadísticos de incendios forestales en Cataluña desde la creación de la unidad en 2005. Sin embargo, durante este mismo periodo, también se registró una disminución en la superficie quemada, lo que puede explicar la falta de llamadas de ayuda.
A pesar de la ausencia de llamadas de la Generalitat durante los últimos años, la UME ha mantenido una actitud de prevención y preparación en caso de que fuera necesaria su intervención. Durante el incendio en Paüls, el cuartel general de la UME en la base de Torrejón (Madrid) estuvo en constante observación y los Batallones de Intervención de Emergencias (BIEM) 4 de Zaragoza y 3 de Valencia estuvieron en alerta hasta que finalmente tuvieron que enviar sus efectivos.
Sin embargo, la Generalitat ha demostrado su capacidad de enfrentar los incendios por sí sola, como ocurrió durante las tormentas litorales de noviembre de 2018, cuando más de 1.500 llamadas al sistema catalán de emergencias pusieron a prueba su estructura. A pesar de la tensión y el trabajo duro, la Generalitat logró controlar la situación sin necesidad de recurrir a la ayuda de la UME.
Pero en 2019, la situación cambió cuando el Govern de Quim Torra volvió a activar el mecanismo de petición de ayuda estatal durante el incendio en la Ribera d’Ebre, iniciado en el término de La Torre de l’Espanyol (Tarragona). En esta ocasión, la UME desplegó a