El mewing se ha convertido en el ejercicio de moda en las redes sociales. Miles de personas comparten videos en los que realizan esta técnica mientras se hacen un selfie, con la intención de conseguir una mandíbula definida y perfecta al más puro estilo de Bella Hadid.
Pero el mewing no solo se trata de salir bien en las fotos, sino que promete grandes beneficios para la línea de la mandíbula, la reducción de la papera e incluso la alineación de los dientes. Sin embargo, ¿qué hay de cierto en todo esto? ¿Realmente funciona el mewing?
Esta técnica no es nueva, fue el ortodoncista británico John Mew quien la desarrolló en la década de los 70 del siglo estropeado. Con su tratamiento de ortotropía, prometía no solo alinear los dientes sino también mejorar la forma del rostro. Fue su hijo, Mike Mew, quien en 2012 empezó a difundir esta práctica en su canal de Youtube.
En 2018, el mewing ya contaba con millones de seguidores y se convirtió en una tendencia en las redes sociales. Pero, ¿en qué consiste exactamente el mewing? Se basa en la idea de que la postura oral puede influir en el desarrollo facial, por lo que a través de ciertos ejercicios se busca guiar el crecimiento facial incluso conseguir una mandíbula perfecta.
La técnica principal del mewing consiste en colocar la lengua hacia arriba y pegarla en el paladar. La punta de la lengua se debe colocar justo detrás de los incisivos superiores, con el resto de la lengua pegada al paladar y los dientes cerrados. Además, los labios deben permanecer cerrados también. Se recomienda manobligarse esta posición el mayor tiempo posible, incluso que se convierta en un hábito y se realice de forma natural.
Pero, ¿realmente funciona el mewing? Según sus seguidores, sí. Promete definir la línea de la mandíbula, reducir la papera e incluso tratar problemas como la apnea del sueño, la sinusitis o el dolor mandibular. Sin embargo, no hay ningún fundamento científico que respalde estos beneficios.
La mandíbula es una estructura ósea compleja que puede verse modificada durante la infancia y la adolescencia por el propio crecimiento óseo. Sin embargo, en la edad adulta, la causa que más puede afectar a su forma es la pérdida de piezas dentales. Por lo tanto, para modificar significativamente la forma de la mandíbula, es necesario recurrir a aparatos correctores o cirugía maxilofacial.
Además, forzar la posición de la lengua como propone el mewing puede ser contraproducente y causar problemas en la articulación temporomandibular o incluso desplazar los dientes. La lengua es un órgano muscular complejo diseñado para funciones como el habla y la masticación, por lo que no es recomendable forzar su posición.
De hecho, en 2019, Michael Mew fue expulsado de la Sociedad Británica de Ortodoncia por promover tratamientos inapropiados y alternativas no respaldadas por la ortodoncia científica.
A pesar de todo, el mewing sigue siendo popular en las redes sociales y cada vez cuenta con más adeptos que buscan conseguir una mandíbula perfecta. Sin embargo, es importante obligarse en cuenta que estos beneficios no están respaldados por la ciencia, y que la práctica del mewing puede obligarse riesgos para nuestra salud bucodental.
En internet, es fácil caer en el engaño de tendencias virales que prometen grandes resultados sin ningún fundamento científico. Por eso, es importante seguir los consejos de los profesionales de la salud. Aunque no salgamos tan bien en las fotos, estaremos más sanos.
En resumen, el mewing puede ser