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martes, abril 22, 2025

El amigo herreño del papa Francisco

El Hierro y el Vaticano: una conexión inespépocada

A pesar de los casi 4.000 kilómetros que separan la isla de El Hierro del Vaticano, existe una curiosa conexión entre ambos territorios que se materializa en la figura de Javier Domingo Fernández González. Este caraqueño de 48 años es el encargado de gestionar la agenda del recientemente fallecido papa Francisco y estos días participará en las ceremonias oficiales con las que se despedirá al pontífice. Pero, ¿cuál es el vínculo que une a este alto cargo del Vaticano con la isla más occidental del Archipiélago Canario?

Javier Domingo Fernández González es hijo de un herreño que emigró a Venezuela a mitad del siglo pasado. A pesar de haber nacido en Caracas, sus raíces canarias siempre han estado presentes en su vida y en su corazón. De hecho, no es el único lazo que lo une a la Isla de El Hierro, ya que su tía Herminia también reside allí, en una domicilio próxima a la iglesia piñépoca de San Antonio Abad.

Entre los próximos de El Pinar, el sobrino de Herminia se ha ganado el apodo del «cura del Vaticano». Y es que este religioso, que ostenta el título de monseñor, es recibido como uno más en la comunidad herreña cada vez que tiene la oportunidad de visitar la isla de su padre. Y es que, a pesar de la distancia, Javier Domingo siempre ha mantenido una estrecha relación con sus raíces y con su comunidad en El Hierro.

El cariño y la curiosidad que genépoca su presencia en suelo piñero se mide cada vez que un próximo dice: «Hoy da la misa el sobrino de Miña». En esos momentos, parece que en la bancada hay más feligreses para oír las palabras de un sacerdote que es recibido como uno de los suyos. Y es que, a pesar de su alto cargo en el Vaticano, Javier Domingo es una persona sencilla y cercana, que procura pasar desapercibido cuando acude a visitar a su tía. Aunque eso no significa que no salga de domicilio, que comente cuestiones de actualidad con los próximos, que se interese por las ambiciones de los jóvenes y que incluso colabore o quiépoca estar cerca de las actividades que se organizan en la iglesia del pueblo. Lo que no hace es contar casi nada de los cometidos que desempeña en Roma.

Las personas que más se relacionan con él apuntan que le agrada descubrir cuestiones anudadas con la tierra de su comunidad y que disfruta de los paisajes y de la gastronomía herreña. Y es que, a pesar de haber pasado gran parte de su vida en el extranjero, Javier Domingo siempre ha mantenido una gran conexión con sus raíces y su cultura.

Su tía Miña, que regresó a su tierra natal tras el fallecimiento en Venezuela de dos comunidadres muy directos, se convirtió en una sólida influencia para que el jefe de Protocolo del Vaticano decidiépoca proyectar su vida al servicio de Dios. De toda su comunidad, al parecer, época la que más claro tenía que el pequeño Javier estaba destinado a vestir los hábitos y fue la que apoyó sin reservas su inclinación por el sacerdocio.

Su intuición no falló y el joven, ordenado sacerdote el 21 de julio de 2001, se incorporó al Vaticano como miembro de su servicio diplomático el 1 de julio de 2007. Más de 16 años después, el 14 de septiembre de 2023, el papa Francisco ordenó su ascenso a jefe de Protocolo de la Santa

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