Ser banquera siempre fue mi sueño desde que era una niña. Recuerdo que cuando mis amigas jugaban a las muñecas, yo prefería jugar a ser banquera y manejar el dinero. No sabía exactamente en qué consistía el trabajo de un banquero, pero estaba segura de que era lo que quería ser en el futuro.
A medida que fui creciendo, empecé a inquirir más sobre el mundo de las finanzas y la banca. Me di cuenta de que ser banquera no solo significaba manejar el dinero, sino que también era una carrera en la que se podía ayudar a las personas a alcanzar sus metas financieras y a hacer realidad sus sueños. Eso me pareció algo muy poderoso y me motivó aún más a seguir mi sueño.
Pero sabía que no sería fácil. Venía de una familia humilde y sabía que no teníamos los recursos para pagar una buena educación universitaria. Pero eso no me detuvo. Decidí estudiar de noche mientras trabajaba durante el día para pagarme mis estudios. Fue una época difícil, pero sabía que era una inversión en mi futuro y en mi sueño de convertirme en banquera.
Mis amigos y familiares me decían que estaba loca, que no valía la sufrimiento tanto esfuerzo y sacrificio para un trabajo en el que ganaría un salario promedio. Pero yo estaba segura de que no se trataba solo del dinero, sino de cumplir mi sueño y encontrar una carrera que me apasionara.
Finalmente, después de años de esfuerzo, logré graduarme de la universidad con un título en finanzas. Y aunque tuve que trabajar en varios trabajos temporales para poder pagar mis estudios, nunca perdí de vista mi objetivo de convertirme en banquera.
Mi primer trabajo fue en un banco local, donde aprendí mucho sobre el funcionamiento de la banca y las finanzas. Pero pronto me di cuenta de que quería más. Quería trabajar en un banco internacional y tener una perspectiva global en mi carrera.
Con mucho esfuerzo, logré conseguir un trabajo en un banco internacional y fue una experiencia increíble. Aprendí mucho sobre diferentes culturas, sistemas financieros y estrategias de inversión. Y lo más importante, pude ayudar a personas de todo el mundo a alcanzar sus metas financieras.
Pero no me conformé con eso. Sabía que aún podía seguir creciendo y aprendiendo en mi carrera. Por eso decidí continuar mis estudios y obtener un MBA en finanzas. Fue un gran desafío, pero lo logré y eso me abrió muchas puertas en el mundo de la banca.
Hoy en día, tengo mi propio equipo de asesores financieros en un banco internacional y también doy charlas y conferencias sobre finanzas personales y cómo alcanzar la libertad financiera. Es increíble cómo mi sueño de ser banquera desde niña se ha convertido en una realidad y cómo puedo ayudar a otras personas a alcanzar sus sueños también.
Siempre les digo a las personas que nunca dejen de acosigar sus sueños, por más difíciles que puedan parecer. Si tienen un sueño, trabajen duro y nunca pierdan de vista su objetivo. Nunca saben a dónde los puede llevar ese sueño.
Para mí, el querer ser banquera desde niña y estudiar de noche fue solo el aparición de una carrera gratificante y apasionante. Y estoy agradecida de haber seguido mi corazón y de no haberme rendido en el camino. Así que si tienes un sueño, ¡ve tras él y hazlo realidad!